Teatro

CONSPIRANOIA – TEATRO ALCÁZAR

Conspiranoia, una comedia brillante que pone a prueba la amistad en la era de la posverdad.

En tiempos donde la verdad parece moldeable y las teorías de la conspiración se expanden como virus digitales, Conspiranoia nos ofrece una comedia con trasfondo filosófico y social que nos enfrenta a una cuestión incómoda: ¿podemos seguir queriendo a alguien que ve el mundo de manera radicalmente distinta a la nuestra? Bajo la dirección de Marc Angelet, esta obra no solo entretiene con diálogos ágiles y situaciones absurdas, sino que también nos obliga a reflexionar sobre la fragilidad de las relaciones humanas cuando la realidad compartida se quiebra.

La premisa: una intervención que se desmorona

La historia se desarrolla en un espacio íntimo, casi como si el espectador fuera parte de una reunión privada entre amigos de toda la vida. Roger, Clara, Álex y Sonia han compartido décadas de vivencias, pero ahora enfrentan un dilema inesperado: Clara, una interiorista de éxito, ha comenzado a sumergirse en teorías conspiranoicas, incluyendo la creencia de que la Tierra es plana. Ante esta situación, Roger, su esposo y un locutor de radio meticuloso y obsesionado con el control, convoca una «intervención» junto con los demás amigos para intentar devolverla al «sentido común».

Conspiranoia

Sin embargo, lo que empieza como una reunión con un objetivo claro se convierte en un campo de batalla emocional. Los personajes, en su intento por convencer a Clara de su error, van desenterrando sus propios miedos, inseguridades y conflictos no resueltos. Y en ese proceso, la obra deja en el aire una pregunta clave: ¿realmente intentamos «salvar» a los demás por su bien, o en realidad queremos reafirmarnos en nuestras propias certezas? Conspiranoia sorprende.

Un guion brillante que equilibra humor y profundidad

El texto de Conspiranoia es, sin duda, uno de sus mayores aciertos. Con una escritura ágil e inteligente, la obra juega con el humor sin dejar de lado el análisis crítico de los vínculos humanos. Las discusiones entre los personajes no solo provocan carcajadas con su ritmo vertiginoso y su ironía mordaz, sino que también reflejan con precisión el clima de polarización que vivimos en la actualidad.

El guion es capaz de mezclar momentos hilarantes con otros de una tensión palpable. Por ejemplo, cuando Sonia, la geóloga apasionada por la ciencia, pierde la paciencia ante las afirmaciones de Clara y termina en un monólogo furioso sobre la evidencia irrefutable de la forma del planeta, la escena no solo genera risa, sino que también transmite el agotamiento de quienes intentan debatir con argumentos científicos en un mundo donde las emociones y las creencias parecen pesar más que los hechos.

Pero la obra no se conforma con la simple burla del pensamiento conspiranoico. En cambio, le da a Clara una voz bien construida, que no la reduce a una caricatura. Su personaje plantea una idea clave: «¿Por qué hacerse preguntas es algo peligroso?» Esta frase resuena a lo largo de la obra, obligándonos a cuestionar hasta qué punto la duda puede ser saludable o destructiva.

Actuaciones destacadas que sostienen la intensidad de la obra

Uno de los mayores aciertos de Conspiranoia es su elenco de primer nivel, que logra dotar a cada personaje de una profundidad y autenticidad notables.

  • Luis Merlo como Roger aporta su inconfundible energía a un personaje que es el motor de la historia. Su Roger es un hombre metódico y desesperado por recuperar a su esposa, pero su necesidad de control lo convierte en alguien irritable e incapaz de aceptar que el mundo no siempre se ajusta a su lógica. Merlo sabe transitar magistralmente entre la comedia y el drama, manteniendo al público atrapado en cada una de sus reacciones.
  • Natalia Millán como Clara ofrece una interpretación matizada y carismática. Su personaje, aunque defendiendo ideas difíciles de aceptar, nunca cae en la caricatura, y Millán consigue que el espectador sienta empatía por ella. Su calma aparente esconde secretos y frustraciones que poco a poco emergen a lo largo de la obra.
  • Juanan Lumbreras en el papel de Álex es una de las grandes sorpresas. Su personaje, un escritor que juega a ser imparcial pero que en el fondo busca protagonismo en cualquier debate, aporta frescura y una dosis extra de humor. Lumbreras maneja con maestría los cambios de actitud de su personaje, pasando de la incredulidad a la indignación en cuestión de segundos.
  • Clara Sanchis como Sonia es, sin duda, la más vehemente del grupo. Su geóloga es un torbellino de razón y pasión, alguien que ha basado su vida en hechos irrefutables y que ahora se enfrenta a la desesperación de ver cómo su amiga rechaza todo lo que ella considera incuestionable. Sanchis dota a Sonia de una intensidad que es a la vez cómica y profundamente conmovedora.
Conspiranoia

El mensaje de la obra: más allá de la conspiración, el miedo a la pérdida

A primera vista, Conspiranoia parece ser una sátira sobre el auge de las teorías conspirativas y el choque entre la razón y la irracionalidad. Sin embargo, a medida que avanza, se convierte en algo mucho más complejo. La historia no trata solo de la verdad y la mentira, sino del miedo a perder a los seres queridos cuando sus creencias se alejan de las nuestras.

La obra nos enfrenta a una realidad incómoda: en cualquier amistad, hay momentos en los que nos damos cuenta de que la otra persona ya no es quien creíamos que era. ¿Qué hacemos entonces? ¿La abandonamos? ¿Intentamos cambiarla? ¿Aceptamos que la vida nos lleva por caminos distintos?

Clara, con su negación de la ciencia, es el desencadenante de la crisis, pero la obra deja claro que cada uno de los personajes tiene sus propias certezas inamovibles y sus propios miedos irracionales. En el fondo, la «intervención» no es solo para ella, sino para todos los que están en esa habitación.

Una obra imprescindible en tiempos de incertidumbre

Conspiranoia es una de esas comedias que, entre carcajada y carcajada, deja al espectador con preguntas incómodas. Con un guion brillante, un elenco en estado de gracia y una puesta en escena que intensifica la tensión de la historia, la obra es un reflejo agudo de nuestra época, donde las verdades absolutas parecen estar en peligro de extinción y las relaciones humanas se ven constantemente desafiadas por las diferencias ideológicas.

Más allá de las teorías de la conspiración, lo que realmente nos muestra esta historia es la fragilidad de los lazos que nos unen y la dificultad de aceptar que, a veces, el amor y la razón no van de la mano. Una obra imprescindible, llena de humor, inteligencia y, sobre todo, humanidad.

Planeta 28